lunes, 4 de abril de 2011

Suleyka, Luchando por amor a Dios






En pocas letras quiero compartir con ustedes la historia de mi adorada hija Suleyka  es muy difícil llegar hasta  aquí pero espero que la historia de este ángel sirva de apoyo para personas que están pasando momentos difíciles en su vida,  que sepan que con amor a Dios todo en la vida se supera hasta la prueba más difícil. “Amor a dios” la frase preferida de Suleyka.
2 de enero del 2003. Nació suleyka. La niña de mis ojos, hermosa con sus ojos azules su cabello claro tan pequeña y frágil pero preciosa. Esperamos con tanta ilusión la llegada de este nuevo hijo  sobre todo Yordan mi hijo de 4 años estaba feliz era su sueño tener una hermanita para nosotros era la dicha más grande pues teníamos la parejita.
Nunca imaginé que era un ángel que Dios ponía en nuestras vidas por un corto tiempo para enseñarnos la verdadera realidad de la vida. Este ser tan pequeño vino a dar luz  a nuestro hogar era el ángel que iluminaria esta familia y la uniría en amor a dios.
A los 6 días de su nacimiento enfermó nos angustiamos tanto que la llevamos enseguida al médico, la examinó, tenía una infección intestinal. Como todo bebé enferma pensábamos que era algo pasajero pero no fue así la niña no mejoraba, al contrario se ponía peor tanto que tuvimos que ingresarla de emergencia al hospital.
Verla sufrir tan pequeñita nos partía el corazón, era una situación desesperante pues pasaban los días y no había mejoría.
En muchas ocasiones las enfermeras le dijeron a mi esposo que era preferible que se quedara a dormir en el hospital porque tal vez la niña no pasaba la noche, era tan grave su situación que tuvimos que trasladarla a Guayaquil al hospital de niños donde paso un largo tiempo ingresada. Le detectaron un reflujo gástrico enfermedad que fue tratada de inmediato. Luego de su mejoría le dieron de alta el tratamiento de la enfermedad consistía en año y medio.
Después de ese largo sufrimiento Sule  estaba muy bien, valió la pena tanto sacrificio, el largo trayecto terminó, pero la alegría duro solo 3 meses. Suleyka volvió a enfermar esta vez las cosas se complicaron,  decidimos llevarla donde una doctora amiga de la familia, ella le dio muchos tratamientos que al principio aliviaron sus dolores  y la ponían bien pero al pasar el tiempo la medicación ya no hacía efecto por lo que tuvimos que ingresarla en una clínica. Pero su situación no mejoraba llegó el día de su cumpleaños 2 añitos; estaba postrada en una cama qué tristeza tan grande para nosotros como padres verla sufrir tanto sin pensar que ahí empezaría su verdadero calvario.
Como no mejoraba decidimos trasladarla al Hospital del niño en Guayaquil donde la ingresaron de inmediato debido a su mal estado. Después de una semana de exámenes no daban con la nueva enfermedad que aquejaba a la tierna Suleyka; hasta que un viernes 13 de enero del 2005 nos pidieron la autorización para realizarle una extracción de médula y hacer un examen que les revelaría lo que la niña tenía. Después de dos horas de angustia los médicos tenían los resultados, pidieron hablar con nosotros en privado enseguida imagine que las cosas no estaban bien no me equivoque cuando entramos al consultorio nos dijeron de la manera más fría que la niña de nuestros ojos tenía leucemia por lo que no podía permanecer en el hospital tenía que ser trasladada de inmediato a SOLCA no puedo explicarles lo que sentimos al recibir esta noticia. Suleyka era el motor de nuestra vida mi esposo lloraba como un bebé.
Cuando llegamos a SOLCA no quería aceptar la dura realidad que estábamos viviendo yo estaba ausente de mi misma no tenía control de mis pensamientos. Suleyka fue la más afectada, ese día empezó el sufrimiento más grande en  nuestra vida. Sólo tenía 2 añitos y había   que someterla a largos tratamientos de quimioterapia. Al pasar el tiempo nos dimos cuenta que era una niña diferente, amaba a Dios sobre todas las cosas, era lo más importante de su vida.
Suleyka recibió dos años ocho meses de quimioterapia perdió su cabello pero a pesar de todo lo que la enfermedad trae con ella nunca decayó, al contrario parecía que la enfermedad no le afectaba en nada se veía tan radiante tan llena de vida nosotros jamás la descuidamos seguimos paso  a paso su tratamiento, era el amor de todos, la alegría de nuestro hogar.
Para ella lo más importante era saber sobre la vida de Jesucristo pasaba horas tras hora viendo la película de la pasión de Cristo, aprendió a rezar como un adulto. En los viajes que hacíamos frecuentemente a Guayaquil conoció el Santuario de Narcisa de Jesús, para ella Narcisa se convirtió en su gran amiga, su mayor ilusión era visitar el Santuario cada vez que viajaba a sus consultas. Ese amor la mantuvo siempre en excelentes condiciones, jamás en mi vida he conocido un niño que aprenda versículos de la Biblia  y luego los recite como si los supiera de siempre. Ella tenía una fe y un amor a Dios infinito  lo que me hacía sentir segura de su cura.
Y así fue, Suleyka terminó su tratamiento con éxito. Pero al parecer el camino que Dios quería mostrarnos a través de Suleyka no terminaba ahí. era mucho más duro y difícil.
Pasaron seis meses y la niña recayó, no podíamos creer que el largo camino que habíamos recorrido se había perdido y teníamos que empezar de nuevo; pero esta vez con mucho mas obstáculos. Su organismo ya estaba lastimado por las quimioterapias, no podían utilizar el mismo tratamiento porque no haría efecto, el médico decidió aplicarle un tratamiento más fuerte. Él nos explicó que éste sería peligroso y que había posibilidades de que la niña no resistiera, pero que más opciones. Pero su fe era tan grande que se aferró a Dios, pasó momentos críticos, más de quince días en ayuna por su delicado estado pero por amor a Dios, salió triunfadora.
Así regresamos a Portoviejo para su nuevo tratamiento de quimioterapia con la gente que ella quería, a SOLCA Portoviejo donde los niños son tratados como unos verdaderos ángeles.
Mientras recibía su tratamiento el doctor nos comunicó que la niña necesitaba un trasplante de médula para que curara en su totalidad.
Empezamos hacer los trámites para conseguir dicho trasplante el primer paso era un donante algo muy difícil, pero Dios nos demostró que no era así ya que Yordan su único hermano era totalmente compatible, no cabe duda era un milagro, el segundo paso era conseguir que Suleyka viajara por medio de una fundación para realizarse el trasplante que era muy costoso. El tiempo seguía y para mí era desesperante, todas las puertas se cerraron, la niña no podía viajar pero Dios siempre abre caminos; se dio la oportunidad que SOLCA Guayaquil haría trasplantes gratis a través del gobierno. Hicimos todo lo posible para que Suleyka entrara en el plan del gobierno y aunque parecía imposible, la aceptaron para el trasplante y no solo eso sino que iba hacer la primera entre más de 10 niños que estaban en espera.
La alegría era inmensa al fin Suleyka se curaría con el cambio de medula, la pesadilla del cáncer quedaría en el pasado y serÍa un testimonio de fe como ella siempre quería. Llego realizó con éxito. Regresamos a Manabí felices, ella era la más agradecida con Dios.
Pasaron tres, seis meses, los exámenes salían de lo mejor, pero antes de cumplir los nueve meses Suleyka sufrió una recaída totalmente agresiva que no se podía explicar, no había lógica que nos hiciera entender lo que estaba pasando. Fue desahuciada en Guayaquil, eso me dejó sin oxígeno no podía estar pasando, Dios no podía hacerme esto, me había abierto tantos caminos y ahora me ponía en un callejón sin salida.
Regresamos a Portoviejo y decidimos intentar una oportunidad más prepararla para otro trasplante consientes que la quimio que se utilizaría era demasiado agresiva pero no teníamos otra salida, teníamos que agotar toda posibilidad por amor a Dios como ella siempre lo dijo. Empezamos la lucha, aparentemente todo iba bien hasta que una noche Suleyka se agravó y al siguiente día -no podía creerlo, la vida de mi hija se estaba apagando, en ese momento entendimos que teníamos que liberar a Suleyka de las cadenas que la ataban a esta tierra. No podía soportar verla entubada en terapia intensiva, esa noche le pedí a Dios con todas las fuerzas de mi corazón que se la llevara  si esa era su voluntad.
A Suleyka la mantenía viva el amor que sentía por nosotros, el día que la entubaron le dijo a una de la Psicólogas que estaba con ella que le diga a la mami que la quiere mucho pero que estaba cansada.
A los tres días de estar en terapia mi hija dejó esta tierra para cumplir su más grande sueño conocer a su Diosito, aunque ha pasado más de un año de su partida para mí es como si fuera ayer. Mi dolor está intacto solo que ahora puedo ver con más tranquilad las cosas y he entendí que Suleyka vino a cambiar nuestras vidas, a enseñarnos el verdadero amor a Dios  y hacernos entender que la muerte es una puerta que se abre hacia una vida perfecta.
Para mi, mi hija está viva, en mi corazón, en mis pensamientos, en el amanecer de cada día. Un  verdadero y gran amor siempre tiene que liberar y dejar volar a una alma tan inocente, Suleyka un amor que se fortalece para la eternidad.
La partida de Suleika para nosotros fue algo muy duro  que no tiene explicación, un dolor inmenso que me dejó desequilibrada  por completo, me sentía como en otro mundo. Esa niña era la luz de mis ojos, la razón de mí vivir. Nos costó mucho aceptar su partida, para Yordan que era su hermano perfecto  fue un golpe muy duro pues  solo eran los dos  y se querían con el corazón.  Pero mi hijo fue el pilar fundamental para seguir viva, un gran ejemplo, cuando me dijo: mami tú no sabes lo que yo siento pero estoy tranquilo porque ya Sule está con Dios y no sufre. Tenía toda la razón  fueron muchos años de lucha, tenía que llegar el momento  que mi ángel descansara.  Me costó mucho recuperarme  sobre todo  porque me sentía culpable de estar viva, éramos tan unidas que me pareció una traición seguir viviendo sin ella.
Era una pesadilla horrorosa, se trataba de Suleika la niña de mis ojos,  quise apartarme de Dios, no podía perdonarle que a pesar de haber tenido tanta fe y confianza en Él no me escuchó, me sentía traicionada, pero que equivocada estaba, no me daba cuenta que Dios sufría tanto o  más que yo  porque a Él también se le murió su hijo.
Entonces recordé el amor que siempre había sentido Suleika hacia Dios  y comprendí que ahora ella estaba con Él y la única forma de sentirla cerca  era acercándome a Él. Tomé conciencia y le pedí perdón por culparlo, yo era injusta porque en el fondo de mi alma  sabía que Él siempre  estuvo con nosotros en el momento que Suleika llegó a su lado fortaleció nuestra unión con un lazo muy fuerte el amor que nos une a Dios y que sentimos por Sule un amor que es más fuerte que la muerte.
Nunca me apartaría de Dios, de su amor, eso sería  como dejar en el olvido a mi Sule, olvidar que ella se crucificó  para unirnos como familia  y encontrar el camino que nos lleve a Dios. Suleika siempre supo pregonar su fe y amor a Dios hasta  los últimos días de su existencia, con su último aliento lo amo. Es lo que ahora me llena de satisfacción saber que ese gran amor se concreto cuando ella se encontró con su creador.
Por más que luchamos e hicimos todo lo que la ciencia dispuso  la voluntad de Dios se cumplió,  esto fue una gran lección para mi esposo y para mi, ella tenía que regresar al padre que tanto amaba  Dios es tan perfecto que se llevo a  mi hija en el mejor momento  siendo un ángel  que había cumplido su misión dejando mucho amor  y enseñanza a los que la conocimos.
Agradezco a Dios  por dejar grandes amigos  en nuestro camino que nos ayudaron  a llevar  este duelo  sobre  todo a mí  en los momentos que  ya no puedo ellos están ahí para ayudarme a levantar, a mi familia que nos apoyo  con mucho cariño a mi adorado hijo Jordan que lo amo,  a mi esposo que nunca se separó de mi lado  y que se convirtió en un gran amigo, al Padre Larry  quien fue el pilar fundamental  en nuestro hogar para superar nuestro duelo .
A todo el personal de SOLCA Portoviejo que siempre estuvo presente en los momentos difíciles, un gran cariño y agradecimiento  lo llevo en mi corazón.
Extraño mucho a Sule pero sé que  ella es feliz  y eso me llena de fuerza para seguir luchando por mi  familia.
En mis momentos de  tristeza me afianzo  al amor de Dios y mi alma  se llena de  gozo  de saber que Suleika disfruta de la presencia de Dios,  de todas las maravillas de sus jardines, al fin mi hija  puede volar  como una radiante mariposa que resplandece en el jardín del paraíso del cielo y algún día  Dios me permitirá  reencontrarme con ella y caminar juntas por esos senderos  llenos de luz  y alegría en esa vida perfecta y eterna.
Suleika es un gran ejemplo de lucha  y de fe a pesar de su corta edad, jamás se dio por vencida y supo valorar  todas las maravillas  que el Señor le dio, nos enseñó que aunque no se cumplan nuestros deseos, siempre hay que amar a Dios por sobre todas las cosas.
Es un Dios maravilloso tanto cuando nos da la vida que cuando nos da la muerte porque con ella nos libera de las cadenas del sufrimiento y nos permite disfrutar del reino prometido.
La muerte de un ser querido es un dolor muy grande sobre todo si es la de un hijo que se ama con el corazón, con el alma con todo tu ser, un dolor que no tiene explicación, una herida que esta latiendo, un gran vacío que  no se llana con nada. Pero el mismo vacío con el tiempo se convierte en una paz que viene del cielo, cuando entiendes que la muerte es parte de nosotros es una puerta que se abre  hacia una vida  maravillosa verdadera   y eterna.
Un verdadero y gran amor va más allá de la muerte, cada día se fortalece para llegar a la eternidad.
¡QUIEN A DIOS TIENE  NADA LE FALTA SOLO  DIOS  BASTA!   (Santa. Teresita)

LA MAMA DE CARLITOS



Hola soy Carlos Alberto Carrillo Doumet, tengo dos añitos y un mes. Les cuento que hace ocho meses aproximadamente me comencé a sentir mal, no paraba de vomitar, aunque mi mamita Samira me llevó con tres Doctores pediátricos, los cuales me examinaron y me recetaron  medicamentos, estos no me  hacían efecto, yo no paraba de vomitar.
Al verme cada día más descompuesto, mi tío Farid, que por gracia de Dios trabaja en Solca, decidió ingresarme y fui atendido por la Doctora Irene Polo, la cual me hidrató y me realizó algunos exámenes y le dijo a mis papitos que nos fuéramos a Guayaquil donde un neurólogo pediátrico, y el día martes 19 de agosto del 2008, tuvimos la consulta con el Dr. Isaac Yépez, quien al ver mi estado físico que me encontraba deshidratado desnutrido y que había dejado de caminar, le dijo a mis papis que me realizaran una resonancia magnética en el cerebro, que ingresáramos de inmediato al pensionado del Hospital Robert Gilbert para que me atendieran.
Fue así que el día 21 de agosto  del 2008, me hicieron la resonancia en la Clínica Alcívar, , me llevaron en una ambulancia, estaba realmente asustado, al despertar de la anestesia, vi a mis papis llorar y llorar; no entendía que sucedía, a la noche llegaron mis tíos Farid, Fadiana y mi hermana Vanessa y me comencé a preocupar más, veías muchas caras tristes a mi alrededor.  Hasta la doctora Polo estaba en Guayaquil en el Hospital, que raro.  Luego escuché decir al neurólogo que tenía un tumor en la fosa posterior del cerebro e hidrocefalia.  
Al día siguiente, el 22 de agosto del 2008, ingresé por primera vez a un quirófano, me hicieron una ventriculostomía en la cual salí muy bien.  Ese mismo día me bautizaron en el hospital.  Pasaron los días y me fui mejorando, vomitaba menos y gane peso.
Y llegó el día 2 de septiembre del 2008, donde fui intervenido para extraerme parte de mi tumor, el cual se llama Ependimoma, luego de cuatro horas de operación pase a terapia intensiva por 3 días; me sentía solo, con mucho dolor y a mi mamita la veía diariamente por diez minutos; pero el día viernes  5 de septiembre del 2008, estuve con mis papitos nuevamente  ¡Qué alegría¡, pero ese mismo día poco a poco me fui complicando y de dos intervenciones que estaban previstas para hacerme, me realizaron cinco y volví a terapia intensiva.
Pero gracias a Dios y a las ganas que tengo de vivir por mi papito Carlos, mi mamita Samira, mis hermanitos Samirita y Shirinita y toda mi familia, me recuperé y regresé a mi Portoviejo, el 22 de septiembre del 2008, al día siguiente fuimos a Solca con el Dr. Julio Guillem y a fines de mes comenzamos con 5 ciclos de quimioterapias de inducción con platinio, los cuales los terminé el 13 de enero del 2009. 
Fueron meses difíciles para mí y mi familia, ya que tenía que estar en el hospital mucho tiempo, me pinchaban a cada rato, me daban miedo las enfermeras, los doctores, se me cayó el pelo, las pestañas, las cejas,  no me acostumbraba a estar ingresado, extrañaba a mis hermanitas.  Desde mediados de agosto dejé de caminar pero el 1 de enero del 2009 le regalé algo hermoso a mi familia que siempre me apoya, volví a caminar.
El doctor Julio le insistía a mi mami que tenía que volverme a operar, pero mis papis no querían, tenían miedo por todas las complicaciones de mis primeras operaciones, pero el 2 de febrero del 2009 con mi mamita y mi tía Mercy, que nunca me ha dejado solo, nos fuimos a Quito a una consulta con el Dr. Alfredo Castro, Neurólogo-Cirujano Pediatra y él le dijo a mi mami que esta operación era la única oportunidad de vida que tenía yo, que si no  me operaba en cualquier momento podía tener una recaída y esta podría ser fatal.
Mi mamita Samira llamó llorando a mi papito Carlos contándole lo que le había dicho el Dr. Castro y mi papito autorizó mi operación.  EL 5 de febrero del 2009, a nueve días de cumplir mis dos añitos, fui operado en el Hospital Baca Ortiz, a donde llegaron también mi tío Farid y mi tía Fadiana, operación que duró ocho horas, donde me jugaba mi vida, ya que era extremadamente complicada, pero gracias a mi Dios que siempre me acompañó y no me ha abandonado, salí muy bien, aunque el doctor Castro, les dijo a mis papís que me había lesionado un nervio en la operación, hasta ahora no sabemos cuál es porque me encuentro muy bien, pero mi papito Fadel de broma siempre dice que el nervio de la cordura por cada día estoy más loco…
Actualmente me encuentro realizando quimioterapia de consolidación, aunque tengo un 30% de mi tumor, como le dice mi querida psicóloga la Dra. María Lourdes (que por cierto siempre me engríe), a mi mami, que hemos ganado la lucha en un 70%.
Ya me acostumbré a estar en Solca, ya soy amigo de los guardias, las licenciadas, los doctores y del personal, ellos siempre me están saludando y me preguntan como estoy, tengo nuevos amiguitos enfermos al igual que yo; que luchamos día a día contra esta enfermedad.
Después de este relato que les puedo pedir: “Que recen todos los días por mí, para que no tenga ninguna complicación y así poder llegar a mis tres añitos, para poder  comenzar a recibir radioterapias, y combatir ese 30% que me queda de tumor, que es inoperable, y poder estar sano junto  a mi familia que me ha apoyado y luchado junto a mí.
También, les pido que recen por todos los niños enfermos de cáncer que luchan día a día para  seguir adelante con sus familiares, ya que es muy duro cuando te falta un ser querido y mucho peor si es un angelito como yo, así que siempre tenme presente en tus oraciones, porque yo si puedo decir, que soy testimonio de lo que ha hecho Cristo en mi vida.
Carlitos

EN PIE DE LUCHA


Soy Katherine Santana Briones, tengo 20 años soy la mayor de cuatro hermanos.
Todo comenzó un 11 de julio del 2008 en el hospital de Chone, en donde me hicieron una limpieza debido a un supuesto embarazo molar, luego de esto continúe en control ginecológico pues aparentemente todo marchaba bien.
Después de un año las cosas se complicaron, tenía dolores muy fuertes y sangrado abundante, me recetaron unas pastillas para aliviar los síntomas pero no hicieron efecto pues las hemorragias seguían, me hicieron una ecografía tridimensional en una clínica de Manta, en la que decía que tenia unos miomas y que requería una operación urgente pero la doctora que me atendió dijo que no podía ayudarme y que lo mejor era transferirme a SOLCA.
Así un 30 de julio del 2009 me atendió el Dr. Rodrigo Vásquez y de inmediato me realizaron una succión en quirófano y a pesar de entrar muy tranquila cuando desperté estaba en la unidad de cuidados intensivos donde permanecí tres días, los mismos que se hicieron eternos. Me pusieron sangre, plaquetas antibióticos… “Una experiencia que muchas veces prefiero no recordar”`.
Luego de hacerme una biopsia, una tomografía y una radiografía de tórax un 03 de agosto como a la una y media me llamaron de SOLCA para decirme que debía ir al hospital lo antes posible. Me puse nerviosa y pensé lo peor. Lo comente con mi tía Fátima quien me dijo que todo iba a estar bien  que no estuviera nerviosa y que mantuviera la fe.
Ese lunes 6 de agosto fui a la consulta con el Dr. Miguel Cedeño mientras esperaba mi turno miré a mi alrededor y me di cuenta que habían muchos pacientes con cáncer, pensé muchas cosas entre esas  “irme de ahí”; después de la espera el Dr. me atendió me dijo tienes cáncer en el útero un cori carcinoma no sabia qué hacer, pensé llorar y recordé las palabras de mi tía “paciencia y fe”. Hablé con la Psicóloga Lourdes Intriago y no me pude contener más, comencé a llorar. Ella me dio aliento con sus palabras, me explicó los efectos que podrían causar las quimioterapias y que debía ser constante y paciente que todo valdría la pena a cambio de mi bienestar y con positivismo todo lo iba a superar.
Así comencé mis quimioterapias un 02 de septiembre, estas sesiones variaban semana a semana una las hacia hospitalizada por tres días y otras ambulatorias por seis horas. La primera vez me lleve una gran impresión todas mis compañeras de cuarto estaban sin cabello y otras vomitaban por efectos del tratamiento. Volví a decirle a mi mamá que me quería ir y me repetía con insistencia a mi misma ¿por qué me pasa esto a mi?.
Ahora estoy igual a mis compañeras, sin cabello y uso gorras o pelucas. Mi madre ha sido mi apoyo incondicional, está junto a mi en todo momento, la quiero muchísimo, agradezco todos los días poder tenerla y contar con ella y con mi papá. Los amo papitos siempre se los he dicho.
Los días pasan entre quimio y quimio,  me acostumbré a venir a SOLCA, he hecho nuevos amigos tanto personal del hospital como pacientes. He aprendido mucho de todo esto y aunque hay días en los que me deprimo un poco y me provoca abandonar todo y no venir mas, aquí sigo “en pie de lucha”.
Pasaron los días y los meses, hasta que llegó el momento de una cirugía de pulmón izquierdo. Para esta operación me valoraron los doctores Xavier Kon, Néxar Ganchoso, Victor Daza y Vicente Villacreces y la fecha de cirugía fue para un 20 de abril del 2010. Mi doctor divino Miguel Cedeño me dijo; Katherine suerte estas en buenas manos al del Dr. Aaron Bello.
Cuando desperté tenia puesto el tubo endotraqueal y me encontraba en la unidad de cuidados intensivos con oxigeno y suero. Pasé una semana internada en el primer piso de hospitalización; médicos, psicólogas muy atentos por mi al igual que mis familiares a quienes los quiero y los amo muchísimo.
Me puse en las manos de papito Dios, porque a pesar de todo Él nunca nos abandona tengamos fe y sobre todo mucha oración. Aunque no lo crean la oración mueve montañas son ya siete meses que no recibo quimioterapia mi cabello empezó a crecer ahora solo estoy en control cada dos meses y cada cuatro meses me realizo exámenes de sangre, RX, ecografías y yo me siento de maravillas.
Gracias a mis tíos, primos, amigos por apoyarme siempre y por esas palabras que las tengo gravadas en mi mente “flaca tu puedes, eres fuerte y valiente”, a mi tía Juliana por decirme que me admira ¡los amo!
Quiero decirle a las personas que lean este testimonio que lo que nosotros vivimos día a día no es fácil, sin embargo con fe optimismo y perseverancia podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos. La familia es un apoyo fundamental, refúgiense en ellos recuerden que a pesar de todo la vida es bella y es una sola.
El cáncer es una batalla muy dura, pero voy a salir triunfadora.
Su amiga de siempre
Katty Santana B.

CARLOS ALBERTO CARRILLO DOUMET



Lucha por la vida

Carlitos Carrillo

Hola soy Carlos Alberto Carrillo Doumet, tengo dos añitos y un mes. Les cuento que hace ocho meses aproximadamente me comencé a sentir mal, no paraba de vomitar, aunque mi mamita Samira me llevó con tres Doctores pediátricos, los cuales me examinaron y me recetaron  medicamentos, estos no me  hacían efecto, yo no paraba de vomitar.
Al verme cada día más descompuesto, mi tío Farid, que por gracia de Dios trabaja en Solca, decidió ingresarme y fui atendido por la Doctora Irene Polo, la cual me hidrató y me realizó algunos exámenes y le dijo a mis papitos que nos fuéramos a Guayaquil donde un neurólogo pediátrico, y el día martes 19 de agosto del 2008, tuvimos la consulta con el Dr. Isaac Yépez, quien al ver mi estado físico que me encontraba deshidratado desnutrido y que había dejado de caminar, le dijo a mis papis que me realizaran una resonancia magnética en el cerebro, que ingresáramos de inmediato al pensionado del Hospital Robert Gilbert para que me atendieran.
Fue así que el día 21 de agosto  del 2008, me hicieron la resonancia en la Clínica Alcívar, , me llevaron en una ambulancia, estaba realmente asustado, al despertar de la anestesia, vi a mis papis llorar y llorar; no entendía que sucedía, a la noche llegaron mis tíos Farid, Fadiana y mi hermana Vanessa y me comencé a preocupar más, veías muchas caras tristes a mi alrededor.  Hasta la doctora Polo estaba en Guayaquil en el Hospital, que raro.  Luego escuché decir al neurólogo que tenía un tumor en la fosa posterior del cerebro e hidrocefalia.  
Al día siguiente, el 22 de agosto del 2008, ingresé por primera vez a un quirófano, me hicieron una ventriculostomía en la cual salí muy bien.  Ese mismo día me bautizaron en el hospital.  Pasaron los días y me fui mejorando, vomitaba menos y gane peso.
Y llegó el día 2 de septiembre del 2008, donde fui intervenido para extraerme parte de mi tumor, el cual se llama Ependimoma, luego de cuatro horas de operación pase a terapia intensiva por 3 días; me sentía solo, con mucho dolor y a mi mamita la veía diariamente por diez minutos; pero el día viernes  5 de septiembre del 2008, estuve con mis papitos nuevamente  ¡Qué alegría¡, pero ese mismo día poco a poco me fui complicando y de dos intervenciones que estaban previstas para hacerme, me realizaron cinco y volví a terapia intensiva.
Pero gracias a Dios y a las ganas que tengo de vivir por mi papito Carlos, mi mamita Samira, mis hermanitos Samirita y Shirinita y toda mi familia, me recuperé y regresé a mi Portoviejo, el 22 de septiembre del 2008, al día siguiente fuimos a Solca con el Dr. Julio Guillem y a fines de mes comenzamos con 5 ciclos de quimioterapias de inducción con platinio, los cuales los terminé el 13 de enero del 2009. 
Fueron meses difíciles para mí y mi familia, ya que tenía que estar en el hospital mucho tiempo, me pinchaban a cada rato, me daban miedo las enfermeras, los doctores, se me cayó el pelo, las pestañas, las cejas,  no me acostumbraba a estar ingresado, extrañaba a mis hermanitas.  Desde mediados de agosto dejé de caminar pero el 1 de enero del 2009 le regalé algo hermoso a mi familia que siempre me apoya, volví a caminar.
El doctor Julio le insistía a mi mami que tenía que volverme a operar, pero mis papis no querían, tenían miedo por todas las complicaciones de mis primeras operaciones, pero el 2 de febrero del 2009 con mi mamita y mi tía Mercy, que nunca me ha dejado solo, nos fuimos a Quito a una consulta con el Dr. Alfredo Castro, Neurólogo-Cirujano Pediatra y él le dijo a mi mami que esta operación era la única oportunidad de vida que tenía yo, que si no  me operaba en cualquier momento podía tener una recaída y esta podría ser fatal.
Mi mamita Samira llamó llorando a mi papito Carlos contándole lo que le había dicho el Dr. Castro y mi papito autorizó mi operación.  EL 5 de febrero del 2009, a nueve días de cumplir mis dos añitos, fui operado en el Hospital Baca Ortiz, a donde llegaron también mi tío Farid y mi tía Fadiana, operación que duró ocho horas, donde me jugaba mi vida, ya que era extremadamente complicada, pero gracias a mi Dios que siempre me acompañó y no me ha abandonado, salí muy bien, aunque el doctor Castro, les dijo a mis papís que me había lesionado un nervio en la operación, hasta ahora no sabemos cuál es porque me encuentro muy bien, pero mi papito Fadel de broma siempre dice que el nervio de la cordura por cada día estoy más loco…
Actualmente me encuentro realizando quimioterapia de consolidación, aunque tengo un 30% de mi tumor, como le dice mi querida psicóloga la Dra. María Lourdes (que por cierto siempre me engríe), a mi mami, que hemos ganado la lucha en un 70%.
Ya me acostumbré a estar en Solca, ya soy amigo de los guardias, las licenciadas, los doctores y del personal, ellos siempre me están saludando y me preguntan como estoy, tengo nuevos amiguitos enfermos al igual que yo; que luchamos día a día contra esta enfermedad.
Después de este relato que les puedo pedir: “Que recen todos los días por mí, para que no tenga ninguna complicación y así poder llegar a mis tres añitos, para poder  comenzar a recibir radioterapias, y combatir ese 30% que me queda de tumor, que es inoperable, y poder estar sano junto  a mi familia que me ha apoyado y luchado junto a mí.
También, les pido que recen por todos los niños enfermos de cáncer que luchan día a día para  seguir adelante con sus familiares, ya que es muy duro cuando te falta un ser querido y mucho peor si es un angelito como yo, así que siempre tenme presente en tus oraciones, porque yo si puedo decir, que soy testimonio de lo que ha hecho Cristo en mi vida.
Carlitos
Portoviejo, 3 de abril del 2009

Guerreros Contra el Cáncer

Blog con historias narradas por los pacientes oncológicos del Hospital de la Sociedad de Lucha contra el Cáncer en Portoviejo, Manabí, Ecuador. Las Historias que se presentan fueron publicadas en el libro impreso HISTORIAS PARA EL ALMA que edito Solca Manabí en febrero de 2011.